Trigueros

jueves, 3 de diciembre de 2015

Los primeros pobladores

Sin duda los hallazgos más antiguos que atestiguan la presencia del hombre en el término de Trigueros son los encontrados en el arroyo Bajohondillo y en la Pasada de los Llanos, a los que se le podrían dar una cronología superior a los cien mil años para los hallazgos de la primera localización, y entorno a esa fecha para la segunda, adscribiéndose por tanto la primera de ellas a un momento del Achelense Medio o Superior, y la segunda al final de este período o inicios del Paleolítico Medio.


A pesar del escaso número de útiles líticos encontrados, tanto de su estudio como del análisis del sedimento que los contenían se hace patente el hecho de que ya en tiempos tan remotos el hombre (Homo Erectus, en el primer caso, y Presapiens en el segundo) poblaban las riveras y valles fluviales de la Tierra Llana de Huelva. Por el momento se desconoce con certeza si este poblamiento penetró hacia el interior de la provincia siguiendo los cursos de estos ríos y arroyos, ya que los hallazgos en estas últimas zonas son escasos y aislados. La Presencia de estos grupos humanos en esta área estaría favorecida por la existencia de abundante agua superficial y animales, si bien hoy por hoy no se ha detectado en la zona evidencias fósiles de los mismos. El tercer factor que determinará las condiciones medioambientales favorables a la ocupación humana lo constituye la abundancia de materia prima, ya que no debemos olvidar que estos ríos son los que con su capacidad de erosión y transporte arrancan de la Sierra y del Andévalo los materiales líticos, que después depositarán en la tierra llana en forma de cantos rodados y de los cuales se servirán estos grupos humanos para la elaboración de sus primitivos artefactos, cuyas funciones deberían cumplir objetivos elementales, tales como cortar, raer, desgajar, machacar, etc.
Si se tiene en cuenta que en otros yacimientos del Paleolítico Inferior y Medio, tanto en el ámbito de la Península Ibérica, como fuera de ella, se han evidenciado formas de economía basadas fundamentalmente en la caza y en la recolección, también se puede pensar que el tipo de economía de los primitivos pobladores de la provincia sería similar. Por otros yacimientos a escala regional se sabe que el tipo de clima que se daba en aquellos momentos en el sur de la Península era similar al actual salvo en el régimen de lluvias que estacionalmente podrían ser más abundante, lo que no solo favorecería la presencia del hombre sino también, la de todo tipo de animales, base fundamental para la pervivencia de estos grupos primitivos. Otra evidencia de la realización de estas actividades la representan los propios utensilios encontrados en los alrededores de Trigueros, así en la Pasada de los Llanos se han identificado, entre otras piezas, tres cantos rodados tallados, en los que se han obtenido un filo util de tendencia curva con la posible finalidad de cortar o partir, un utensilio sobre un canto tallado en forma de disco aplatanado, cuya primera función fue la de servir de núcleo para la extracción de lascas que sirvieran para la fabricación de útiles más pequeños y que posteriormente se volvió a tallar para obtener un filo cortante y continuo en toda la pieza, lo cual lo asemeja a una raedera circular; sobre lascas se ha encontrado un perforados, dos cuchillos, y dos raederas cuyas características generales no difieren mucho las piezas ya descritas, si bien al haber sido retallado todo el filo útil deben ser encuadradas dentro del grupo de raederas laterales rectas, nombre que les da precisamente la funcionalidad atribuida a este tipo de útiles.
Por lo que respecta a las piezas encontradas en el Arroyo Bajohondillo, se ha podido identificar dos útiles claros entre las mismas, a saber: un canto rodado que al ser tallado se le ha destacado una punta de sección triédrica y una pieza sobre lasca que presenta un filo útil en uno de sus laterales y en el opuesto una retalla que lo mata asemejándose a un cuchillo de dorso abatido.
A pesar del escaso número de piezas halladas en ambas localizaciones, su claridad y la circunstancias de aparecer inmersas en unos depósitos geológicos cuyas edades están más o menos bien datadas, hace evidenciar que se tratan de dos yacimientos encuadrados dentro de las mismas series aparecidas en las terrazas del Guadalquivir, del Guadiana, de la depresión de Cullar-Baza (Granada), entre otras, que contribuyen a aclarar en la medida de lo posible la presencia y las secuencias de los primeros pobladores del sur de la provincia de Huelva

José Maria Garía Rincón / José Castiñerira Sanchez
Revista del Santo, 1989

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